Desde Comando rojo queremos recordar y honrar a este gran hombre, que nos legó sus sueños, su lucha, su ejemplo, que nos demostró que si era posible hacer transformaciones profundas en la sociedad y el Estado. Que la lucha no es fácil, pero hay que hacerla.
Que su luz nos sirva junto a la de Schafik y todos nuestros héroes, heroínas y mártires para alumbrar nuestro camino con el pueblo salvadoreño, en la lucha que se nos avecina.
El 04 de Septiembre de 1970 Salvador
Allende Gossens, tomó posesión de la
Presidencia en Chile.
Fue uno
de los mejores estudiantes de Medicina en la Universidad de Chile, profesión
que lo llevó a luchar decididamente en la política de su país.
Su lucha política lo llevó a ser diputado,
ministro de Sanidad y posteriormente senador, incluyendo la presidencia de la
cámara alta del Congreso.
Tras presentarse en su tercera
postulación a las elecciones presidenciales en Chile, finalmente en 1970
consigue la primera mayoría relativa, lo que le llevaría a convertirse en el
primer presidente marxista del mundo en lograr el poder a través de elecciones generales
mediante voto popular; también fue el primero en intentar transitar al
socialismo por la vía pacífica, conocida como la vía chilena al socialismo, abanderando
proyectos como la aceleración de la reforma agraria o la nacionalización del
cobre.
Durante su Gobierno, el pueblo Mapuche vio
reivindicada su lucha histórica. El presidente devolvió a las comunidades
indígenas gran parte de las tierras demandadas, en el marco de la
profundización de la Reforma Agraria. Se nacionalizó el
cobre, el salitre, el carbón, y se estatizó la banca.
Las medidas en salud, educación,
vivienda, servicios y recursos naturales, afectaban los intereses de la
oligarquía y de los sectores de la derecha del país, quienes -apoyados por
Estados Unidos- iniciaron una campaña de desestabilización económica contra el
Gobierno, más el pueblo siguió apoyando a Salvador Allende. En 1973, la Unidad
Popular obtuvo la mayoría de los votos en el Congreso.
Desgraciadamente, jamás pudo
finalizar su mandato ya que, el 11 de septiembre de 1973, el general Augusto
Pinochet lideró un golpe de estado, orquestado desde la injerencia de los Estados unidos, que no permite a los pueblos del mundo sean arquitectos de su nación.
Que nos sirva para reflexionar si permitiremos que la garra del águila imperial nos coarte el desarrollo y avances que hemos ido obteniendo con los dos gobiernos del frente en nuestro país.
“Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica”.
“La historia es nuestra y la hacen los pueblos”
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